Como muchas historias de superación, se dice que Apple comenzó en un garaje. Nada más y nada menos que en pleno corazón de Silicon Valley (Silicon es silicio, no silicona), California, allá por el año 1976.Y es que hace ya casi 50 años que nació una idea que se convirtió en una de las empresas tecnológicas más populares de la historia, Apple.
Los inicios de Apple
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¿Cuál es la historia detrás de la icónica manzana mordida?
Independientemente de su significado, la realidad es que el logotipo de Apple es actualmente un símbolo reconocido a nivel mundial. No solamente representa una marca tecnológica, sino que también se ha convertido en un estilo de vida, una identificación para muchas personas. Sin duda es un precursor en el diseño minimalista, pero no siempre fue así. Inicialmente el logotipo corrió a cargo de Ronald Wayne, quien realizó una ilustración completa donde estaba representado Sir Isaac Newton en la famosa escena donde se encontraba sentado bajo un árbol antes de caerle la manzana en la cabeza (leer la historia completa). Sin embargo, esta imagen no quedaba acorde a una empresa de tecnología emergente allá en el año 1976. Para ser sinceros ahora tampoco representa la imagen que podría ser una empresa tecnológica, sino más bien se podría asociar a algo relacionado con la literatura, como una editorial, una librería, etc. Posiblemente también se podría usar para un local con toque clásico o con un producto que busque aportar precisamente este tipo de imagen.

La llegada de la famosa manzana
No fue hasta el año siguiente, en 1977, cuando Steve Jobs contrató al diseñador gráfico de Lippincott, Rob Janoff para diseñar el nuevo logotipo para su empresa. Como en todo proceso profesional de branding que se precie, Janoff ofreció varias alternativas, entre las cuales se encontraba la actual manzana con el mordisco que representa a Apple. Steve Jobs, quedó automáticamente cautivado con esta idea, debido a que la manzana inspiraba la idea del conocimiento por un lado y la accesibilidad por otro. Sin duda, se había trabajado en la línea de la visión de la empresa y eso fue lo que provocó el éxito inmediato.
La idea original era bastante similar a la que conocemos actualmente. Se presentó un modelo minimalista y monocromático (en un solo color). Sin embargo Steve Jobs quería aportarle color a la marca. No solamente para diferenciarse y que fuese fácilmente identificable. El objetivo principal era mostrar alegría y un toque humano. Como para gusto los colores, finalmente se inclinaron por poner los del arcoíris, dando lugar a un icono multicolor fácilmente identificable.
Evolución del logotipo
Con el paso de los años, la marca Apple ha experimentado varias modificaciones, como muchas otras, aunque no han sido realmente sustanciales. Durante más de diez años conservó el conocido tono arcoíris hasta que en 1998 decidieron volver a la versión monocromática, no sin antes experimentar brevemente con un efecto tridimensional de toques azulados. Durante más de una década, la manzana fue completamente negra, ofreciendo una imagen orientada a la sofisticación y el minimalismo.
A principios del milenio comenzaron los cambios hacia vertientes metalizadas y cromadas, hasta volver diez años atrás nuevamente a la simplicidad de la manzana negra. Actualmente el logotipo ha variado ligeramente, aclarando un poco el tono hacia una escala de grises más sutil y neutra. El objetivo de este cambio es reflejar la modernidad y la elegancia que corresponden a una compañía que se sitúa dentro del mercado de alto standing a nivel tecnológico con sus diseños sofisticados.
El mito detrás de la historia
La historia de toda marca debería tener su lado romántico y emotivo. Detrás de Apple también existe esta historia, aunque su creador, Rob Janoff, ya indicó que no era real. La realidad es que el mordisco de la manzana lo utilizó para que una vez se aplicase el diseño en distintos tamaños y soportes, fuese fácilmente reconocible que era una manzana. Esto se debe a la percepción de los tamaños. El tamaño del mordisco hace que la mente asocie rápidamente el tamaño de la boca con el de la manzana. De no ser así, podría confundirse con otra fruta, como por ejemplo una cereza. Sin embargo, esta es la historia real, y no os queremos dejar sin el mito que quizás os guste más.
Resulta que mucha gente conoce a Steve Jobs, no tanta gente a Isaac Newton y muy poca a Alan Turing. ¿Y quién es Alan Turing? se preguntará mucha gente. Pues fue un matemático inglés, nacido en 1912 que murió curiosamente, mordiendo una manzana que tenía cianuro. Sin embargo no pasó a la posteridad por esto, sino que su gran aportación al mundo de las matemáticas, la criptología y por supuesto a la informática han sido fundamentales para conocer la historia como la conocemos hoy en día. En el año 2014 se estrenó la película The imitation game, un biopic sobre Alan Turing donde cuentan cómo contribuyó a podes descifrar la máquina Enigma, la que utilizaban los nazis para encriptar sus mensajes y que sin duda fue de gran ayuda para los ingleses en la Segunda Guerra Mundial.
Un tiste final
Pese a su gran aportación, Turing no tuvo un final heroico, al contrario. Tras sufrir un robo en su domicilio, acabó relevando su condición de homosexual a las autoridades, algo que por aquella época estaba contemplado como delito. En consecuencia le fueron imputados cargos por los que se le dio a elegir entre ir a prisión o someterse a un tratamiento químico con estrógenos. Habiendo elegido la segunda opción, sufrió una serie de terribles efectos secundarios que finalizaron con su muerte dos años después tras ingerir cianuro. Y aunque esta no es la historia real, hubiese sido un bonito homenaje para conmemorar la aportación de Turing a la ciencia.
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